Fue el presidente 37º de Colombia entre 1994-1998, cumplió el 82% del Plan Nacional de Desarrollo: el «Salto Social»
Resaltamos siete programas de política pública sociales: el desarrollo humano, la seguridad social integral, el mejoramiento del hábitat, la equidad y participación de la mujer, la atención a las minorías étnicas, el desarrollo económico a pequeños propietarios y el acceso a la justicia.
¿Qué dejó para Colombia el Gobierno
del Salto Social?
01
El Sisbén
Uno de los grandes logros del Gobierno fue la creación del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales —Sisbén— que permitió la sistematización de la población en situación de pobreza y vulnerabilidad, con el objetivo de focalizar la inversión social del Estado. Actualmente, más de 40,5 millones de colombianos están afiliados a este servicio, cerca del 78% del total de la población.
02
La «prima Samper» para los maestros
La inspiración de trabajar para los maestros viene de casa, su madre era maestra, así que decidió mejorar la calidad de vida de los educadores. Por eso, cumplió con el programa de bienestar para los maestros a través de la prima de vacaciones o «prima Samper» establecida mediante el decreto 1381 de 1997, el cual otorga, en proporción, un 50% del salario mensual a estos servidores públicos.
03
La Ley de Desplazados
Con la Ley 378 de 1997, el Gobierno Samper atendió a más de 6 millones de desplazados y les dio un estatus de sujeto de protección por ser víctima de: conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos Humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias que alteraron drásticamente el orden público. Actualmente alrededor de 9 millones de colombianos, según datos de la Comisión de la Verdad, son beneficiados por esta ley.
04
El Ministerio de Cultura
Creó lo que él llama Ministerio para la Paz, este obedece a una convicción de vida del expresidente Samper, quien ve la cultura como una forma de esclarecer la identidad, preservar el patrimonio y reafirmar la pluralidad. Con esta ley impulsó el desarrollo y el acceso a importantes instrumentos legales y económicos para cumplir con plena libertad la tarea de hacer de la cultura un motor de los derechos humanos, las tradiciones y creencias.
05
La Ley de Comunidades Negras
Con esta Ley Colombia se convirtió en el país con mayor reconocimiento a los derechos del Pueblo Negro. La Ley 70 de 1993 reconoció a las comunidades negras que ocupaban tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del Pacífico, el derecho a la propiedad colectiva. Este instrumento le permite al pueblo negro defender su derecho a la vida y al territorio
Una caja de herramientas para la paz que han servido para la búsqueda de salidas políticas y negociadas al conflicto armado
Le otorgó al país herramientas para la humanización del conflicto, mediante la aprobación de los Protocolos I y II de la Convención de Ginebra
Creó el PLANTE, un programa de sustitución social de cultivos, que se convirtió en modelo para la implementación del 4 punto del Acuerdo de Paz
Abrió la primera oficina para Colombia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas
¿En qué está Ernesto Samper ahora?
«Para librarnos del dolor que produce el conflicto armado, la paz merece mil oportunidades».
«Para librarnos del dolor que produce el conflicto armado, la paz merece mil oportunidades».
Ernesto Samper Pizano
Construyendo paz desde los territorios
Para lograrlo fundó en 2001, la Corporación Vivamos para trabajar por salidas negociadas al conflicto, crear instrumentos, escenarios de paz y acceso a derechos humanos.
Es el principal promotor de la paz territorial, el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos en Colombia y lleva más de 40 años trabajando por conseguirla.
Liderando la integración de América Latina y el Caribe
Ernesto Samper trabaja incansablemente por la integración de América Latina y el Caribe por eso, al terminar su gobierno fundó la Corporación Escenarios un centro de pensamiento dedicado a la investigación, discusión y análisis de la integración de América Latina y la construcción de una agenda regional.
«Para la nueva era de la integración de América Latina necesitamos definir quiénes somos frente al resto del mundo»
Ernesto Samper Pizano
Uno de sus grandes legados a la integración de América Latina y el Caribe pudo materializarlo en UNASUR, donde fue Secretario General entre 2014-2017. En este mecanismo de integración regional logró avanzar en la concertación política de la región. Impulsó tres agendas: una social, enfocada en la inclusión efectiva. Una económica que promovió la cadenas sociales de valor para fortalecer la competitividad y preservar el equilibrio en los eslabones del esquema productivo. Una política destinada a la defensa de la democracia y a la concertación política.
Los caminos hacia una integración regional que propone Ernesto Samper
Para la nueva era de la integración de América Latina y el Caribe necesitamos definir quiénes somos frente al mundo.
Tenemos que meterle gente a la integración. La integración no puede ser un problema solamente de diplomáticos, hay que meterle campesinos, trabajadores, empresarios y académicos.
Hay que empoderar a la CELAC para que nos represente frente a ese nuevo mundo que se está construyendo para reemplazar la desglobalización actual.
Tenemos que hacer un nuevo esquema de Naciones Unidas en el cual podamos votar por bloques de países.
Necesitamos trabajar en la convergencia. Hay 10 mecanismos subregionales de integración: estos organismos tienen que converger para poder hablar de una integración real: hay que identificar puntos en común y eliminar duplicidades.
Es primordial construir un Mecanismos de solución regional de controversias. No tenemos que dirimir nuestros problemas en Nueva York o en París
Tenemos que crear nuestras propias normas de propiedad intelectual, no depender exclusivamente de las normas internacionales, hay que construir nuestra propia normatividad y la Comunidad Andina nos lo enseña.
Si dejamos a un lado la polarización ideológica, si aprendemos a reconocernos a nosotros mismos. Si como países aprendemos a reconocer nuestras diferencias, pasamos por encima de ellas, tenemos un camino abierto. Es este el continente de la esperanza.